NORMAS DE ETIQUETA Y PROTOCOLO CORPORATIVO
Conocer
y practicar la etiqueta y el protocolo es una excelente herramienta para el
logro de metas particulares y profesionales debido que las “buenas maneras” son
esenciales para las relaciones interpersonales y por ende, para las
profesionales y las comerciales.
Son
una ventaja competitiva tanto empresarial como personal.
Mejoran
nuestra calidad de vida y generan un mejor ambiente laboral.
Hay
posibilidades de interactuar con personas diferentes a nosotros.
Nos
colocan en una mejor esfera profesional.
Nos
llevan a crecer como individuo.
Ser
educado es un factor muy importante si queremos crecer profesionalmente. Es
indispensable conocer y aplicar la comunicación efectiva, la etiqueta social,
el protocolo, los valores, las normas de cortesía y proyectar una imagen
positiva y agradable.
Las normas
de etiqueta y protocolo corporativo varían de acuerdo con las formalidades, el
sector y las políticas de la empresa y aquí mencionaremos las más básicas:
EN LO PERSONAL:
Ten
una mentalidad abierta: Respetar las opiniones de los demás.
Cuida
tu imagen: Incluye la vestimenta y la higiene personal.
Aprende
a recibir críticas constructivas.
Sé
puntual.
CON TUS COMPAÑEROS DE TRABAJO, JEFES Y
CLIENTES:
Evitar
discusiones, riñas y formar parte de chismes: Controla tu temperamento y
emociones y por ningún motivo alces el tono de voz.
Colabora:
Ayuda a los demás y trabaja en equipo y no en grupos.
Respeta
las normas: Adáptate a las norma de la comunidad laboral y reserva las propias
para tu vida personal.
Respeta
a los demás: Esto incluye costumbres, creencias, forma de ser, de vestir, de
hablar y de opinar.
Sé
amable: Decir buenos días, por favor, permiso y gracias.
Sé
honesto: No te atribuyas méritos por trabajos o proyectos de los que no ha sido
parte. No te guardes información que pueda afectar a otras personas o áreas.
Sé
prudente y discreto.
Haz
solo críticas y sugerencias positivas: Critica con respeto, tacto, diplomacia y
objetividad, sin atacar.
Dale
importancia a las personas: Si una persona te habla, dejar el computador o el
teléfono móvil, quitarte los audífonos y mira a la persona a los ojos mientras
te habla.
Mantener
una actitud positiva y sonríe.
EN LO PROFESIONAL:
Cuando
estés al teléfono: Sé cordial y diligente. No contestes como si estuvieras en
tu casa.
Al
escribir un correo: Redacta correctamente, cuida la ortografía y sé conciso y
cordial.
Ante
la llegada de nuevos colaboradores presentarlo a todos los compañeros.
En
reuniones: Ser concreto y mantener la
reunión solo en lo profesional y no utilizar el teléfono móvil.
En
los eventos empresariales: No tomes bebidas alcohólicas en exceso.
Al
escuchar música: Ponerla a un volumen discreto sin molestar a los demás.
En
tu espacio de trabajo: Mantenerlo limpio y en buen estado. Evita tener basura,
maquillarte o comer en tu escritorio.
Respetar
el espacio de trabajo ajeno: Siempre que te acerques al espacio de trabajo de
alguien, pregunta si es buen momento o si debes regresar más tarde.
TAMBIÉN HAY QUE CONSIDERAR:
La organización
La
puntualidad
La
ética. No hables mal de la empresa donde trabajas.
Eventualidades:
Avisar a la empresa si te ausentarás algún día. Lo ideal es hacerlo con
antelación.
Recuerda
que la oficina es para trabajar, aunque es totalmente aceptable tomar algunos
minutos para platicar con tus colegas o salir a tomar un aire, a la oficina
vamos a desempeñarnos profesionalmente más que en lo social.
Es
importante que en cualquier tipo de institución o empresa se incluya el tema de
la etiqueta y el protocolo dentro del plan de capacitación para optimizar
comportamientos, facilitar la interacción y bienestar de la organización.
Es
bien sabido que una mala imagen nos puede cerrar puerta y traer repercusiones.
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